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RUMBO A LA NUEVA CONSTITUCIÓN

Aporía: Dificultad para el paso del Mexicano que busca una salida.

La situación actual de nuestro país presenta formidables desafíos en la marcha de la sociedad ante la aporía, el camino sin salida, que se está radicalizando a lo largo y ancho del territorio nacional. La pauperización de las oclocracias, de habitantes de todos los estados de la República manifiestan en sus mayores núcleos un empobrecimiento que, en primer lugar, se significa por el deterioro del núcleo familiar, la desintegración, la pérdida de valores y los hábitos.


Las costumbres de épocas pasadas responden a una inversión del orden de estas, ya que las tradiciones de las familias de antaño son ahora sustituidas por las emergentes e importadas, en virtud del efecto demostración del exterior y la deformación que, en gran parte de las nuevas generaciones y particularmente de las que arribaron con el nuevo milenio, ello ante el desgaste de las estructuras económica, política y social.


La pobreza, es decir la miseria y el atraso en nuestro país, es un mal ya endémico. Las actuales tecnologías con valiosísimos descubrimientos que desembocan en la producción a gran escala de los bienes materiales no compensan el deterioro del medio ambiente y la escasez de recursos naturales que, otrora en nuestro país eran una enorme riqueza; se caracteriza por las relaciones económicas de dependencia y los mecanismos de acumulación del capital en unos cuantos; estas marcan hoy por hoy decisivamente los factores que han impedido un verdadero desarrollo nacional.


El estado de derecho también está en franco deterioro con las consiguientes afectaciones en el ejercicio del poder público y su proyección dañina en los sectores económico y social.


La Nación ha quedado inmersa en una enfermedad de cuidados intensivos donde la sociedad está perdiendo de vista los móviles sensibles morales de la conducta humana que, en algunos sectores, se traduce en formas y prácticas del enriquecimiento material más amplias y fáciles con la amenaza de hacer saltar todas las estructuras nacionales.


La pauperización de los núcleos sociales más desvalidos avanza en un estado de pobreza en que, por determinadas circunstancias, la población se va hundiendo y la dificultad para salir de ella entre sus miembros desemboca también en una aporía de actitudes y decisiones que dañan aun más a sus respectivos colectivos.


Menguar los embates de la pobreza material, implica reformas constitucionales que son de suma urgencia en el tratamiento del sistema legislativo y requiere una revisión minuciosa de todos aquellos artículos de la Carta Magna que atentan contra el ingreso de los sectores que trabajan en el campo y la ciudad; es decir, las multas excesivas los impuestos inequitativos, los bajos salarios, etc.


La connivencia entre la clase política con la empresarial, con la delincuencia organizada hace sinuoso ese camino de la aporía que no tiene salida y los que transitamos por él solo exclamamos gritos en el silencio. En medio de la indiferencia de quienes deberían poner remedio a ese estado de cosas.


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