Reforma de la Democriacia Priísta
Claudia Ruiz Massieu, Presidenta del CEN del PRI 2015-2019.
Los Documentos Básicos del PRI cobraron la forma de un tratado macizo de ciencia política de idealismo social y económico, que para llegar a buen puerto tuvo la necesidad de delinear en éstos un orden organizativo e ideológico en la estructura del partido acorde a sus avances.
Para los auténticos priístas, su contenido para quienes lo leen y hacen de su actividad política la práctica de las estrategias que se derivan de su misión y visión de presente y futuro, en la militancia permite su identificación, determina su ubicación con derechos y obligaciones partidistas y crea conciencia de una genuina pertenencia. Su temática define los caminos para reconstruir desde todos los ámbitos a la Nación y dar honor al país mediante una efectiva participación en la política de partido con sus verdaderos militantes cuya pertenencia debe ser incuestionable.
Dada la formidable amplitud en la visión idealista del partido, implica que tenga que ser abierto, condición necesaria para su engrandecimiento, pues su apertura invita a la aportación de mejores ideas que enriquezcan el contenido de sus Documentos Básicos, es decir, renovación de Declaración de Principios, intensidad y ampliación de su Programa de Acción y Estatutos de acuerdo con la evolución natural y desechar lo que ya ha quedado obsoleto en su organización y tácticas de lucha.
La reforma de la democracia al interior del PRI debe estar orientada a un ejercicio constructivo, de una democracia concreta, desechando toda postura fantasiosa en las propuestas o plataformas político electorales de quienes aspiran a cargos de elección popular, fijando en los Documentos Básicos definiciones legales en el ámbito partidista y que trasciendan a los tribunales electorales en los ordenes de gobierno cuando aquellas y estos resulten un fraude a la ciudadanía.
Es lamentable y entraña una gran desilusión que, en ocasiones, por lo menos en Aguascalientes, se han dado nombramientos de primer orden en la dirigencia partidista a personas que provienen de otros partidos, pues ello significa un gran choque en la estructura y contenido de los documentos básicos que han marcado la debacle de un partido otrora triunfador en sinfín de contiendas electorales, que hoy son solo recuerdos y motivos de desesperanza, desilusión y, lo más grave, de deserción de valiosos militantes que precisamente por su profunda convicción partidista optaron por la automarginación ante la brutalidad del impacto, al ver que una destacada militante panista figurara primero como diputada priísta sin tener un solo día de militancia y posteriormente en tal cargo.
La violación a los Estatutos y al Reglamento para la Elección de Dirigentes y Postulación de Candidatos fue la más clara muestra de la crisis interna del PRI que llegó para quedarse y las derrotas electorales serán en lo sucesivo el estigma de de su hundimiento inexorable.
Hoy por hoy los Documentos Básicos, el Consejo Político con sus cientos de miembros, no son ni siquiera pieza decorativa de este instituto político en desgracia.